Fue un 20 de Mayo el día en que mi vida cambio para siempre con mil dudas y sentimientos encontrados, supe que era el fin de mi vida pasada y el comienzo de una vida nueva.
Muchas veces tuve miedo, me sentía desprotegida, sola e insegura.
Muchas veces maldije el estar viva....
Mil preguntas me atormentaban y me culpaba día a día por todos los errores que había cometido.
Sentía que falle como persona, como madre, como mujer, como hija y como hermana.
Sentía que había perdido todo, la dignidad, el respeto hacia mi y hacia los demás, el sentido de vivir, el ser una persona de bien.
Perdí buenas oportunidades por mis actos, perdí la cordura, perdí la sonrisa, perdí la inocencia y la responsabilidad
Evadí mis prioridades, me convertí en una sorda y en un títere fácil de manejar
Para mi decir la palabra "no" o poner limites a la gente y mis actos, hacían que me sienta fuera de lugar y rechazada.
Ponerme mascaras y cambiarlas a diario era lo mas fácil, jugar a ser mas inteligente que los demás me hacia sentir fuerte, hacer lo que quería me hacia sentir aceptada.
Decir mentiras para tapar mis errores era lo mas fácil y según yo siempre salia triunfante.
Estar en la cuerda floja y en peligro era un reto y mi juego preferido, me hacia insensible e invulnerable.
Vivía el día a día, no veía mas allá de mi nariz, no me importaba no comer, no dormir, no tener vida
Sentía y sabia que al hacer las cosas así, hacia que mi familia se acerque y se preocupen por mi
Puse mil barreras en mi vida: no sentir, no amar, no respetar, no luchar, no reír.
Fui creando vacíos en mi vida, moviendo las fichas a mi gusto y antojo, se convirtió en un estilo de vida.
Los juegos son entretenidos, no siempre se trata de ganar, pero cuando se pierde es la oportunidad de comenzar de nuevo y buscar la mejor estrategia para ganar.
Y así fue, yo perdí mi juego, perdí partes y etapas importantes de mi vida, perdí a personas que amo, perdí todo.
Empezar un juego nuevo fue muy difícil, era apostar al todo o nada, vivir o morir, ser una buena persona o un basura, ser feliz o desdichada, vivir en paz o vivir rodeada de mentiras y dolor
La vida tiene etapas, los libros tienen un principio y un final y Dios nos da la oportunidad de escoger entre dos caminos.
Pase de etapa, cerré el libro y escogí el camino del bien
Fue muy duro reconocer mis errores, perdonarme todo lo que había hecho y el daño que me había y había causado a la gente que formaba parte de mi mundo.
Fui sanando poco a poca mis heridas.
Muchas veces llore, muchas veces estuve a punto de dejarme vencer frente a las circunstancias duras que se me presentaron.
Agradezco a mi padre por este tiempo, por haber dejado libre, por dejarme crecer, por dejarme decidir por mi misma, por dejarme descubrir las cosas buenas que tengo como persona, por dejarme ser yo misma, por dejarme aprender y conocer cada día cosas nuevas de mi y de la gente que me rodea, por aprender a valorarme mas como persona, mujer y madre, por ya no tener miedo a decir lo que pienso, siento y quiero, por aprender a poner limites a todas las cosas y personas que forman parte de mi vida.
Agradezco al grupo técnico por su ayuda, por su apoyo, por sus enseñanzas, por haber recorrido este camino junto a mi, por haber creído en mi, por valorarme y por la paciencia.
A mis hermanos de comunidad por su amistad, por su apoyo, por dejarme ser parte de sus vidas, por sus consejos y los buenos momentos.
A mis hijos, por ser la razón de mi vida, por ser mi mayor motivo de lucha y cambio, por ser mi fuerza .
A Dios por la oportunidad de estar viva, por haberme dado las fuerzas necesarias para luchar y ser fuerte, por la oportunidad de haberme dejado caer y volver a levantarme.
A mis abuelos, tía y primos, por su eterno amor y apoyo.
A Juan por su amor y apoyo.
Esta carta fue escrita el día en que salí del Centro Sagrado Corazón, después de haber pasado casi seis meses encerrada...
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